cualquier movimiento o sonido previene lo esperado,
las voces se distorcionan hasta adecuarse;
los ruidos se convierten en sonidos,
y las posibilidades sucumben inciertos.
hay una necesidad de poseer el tiempo
de doblarlo y desordenarlo del mismo modo
que nos haga sentir que podemos controrarle
y dirigirle a nuestro antojo.
las cosas que más queremos no sucederán de inmediato.
no el inmediato mágico que se promulga, sino ese
que sucede cuando no se piensa ni se advierte.
deseo que voltees a observarme, no sólo a plantar
tu mirada como otras veces,
sino que ahora puedas escuchar a mis ojos
que resplandecen en todo mi cuerpo,
que su movimiento emana un sentir.
no hay olvido
mientras haya comprensión.
la esperanza se desgasta
aunque conozca la resistencia;
no necesito atender lo que no
se puede solucionar ahora.
lo incierto me ilumina
pero ahora me deplora,
confundo la sensación del recuerdo
con la ilusión del presente.
desespero e impaciento hasta
la risa del siguiente absurdo.
¿qué habrás de decidir?
¿qué peso me genera la idea,
para no ser capaz de decidir
y anhelar una solución ajena?